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Las mujeres y el voto:

Un estudio sobre las conformaciones de las orientaciones electorales de las mujeres de sectores populares en la Argentina.

Liliana Mayer*

 

Introducción:

El presente es un trabajo que se encuadra dentro de la investigación central acerca de los cambios en las conductas electorales en las elecciones en los sectores populares tradicionalmente peronistas.

La hipótesis principal que guía la investigación es que a menor densidad del tejido social, los individuos son más libres y cambian sus elecciones. En este sentido, el tejido ejerce cierta coerción social sobre el individuo y, una vez debilitado, el entramado adquiere menor relevancia para el sujeto en la toma de decisiones.

 

Desde esta perspectiva fue que –al decidir el recorte de nuestro análisis- tomamos a las mujeres que fueron entrevistadas en el marco del proceso de investigación. Elegimos a las unidades de análisis femeninas, para observar –en la medida de lo posible- cuán influenciadas estaban ellas por el tejido social para incorporar el peronismo en su vida diaria.

Nuestro análisis se centra en las mujeres como sujetos más condicionados que los hombres, ya que además del entramado social que determina a los sujetos, las mismas están limitadas por la práctica y subjetividad de su socialización primaria, es decir, fundamentalmente, la familia como unidad mínima de análisis. Es en este sentido que tratamos de ver cómo los referentes masculinos condicionan las percepciones de las mujeres y cómo –a raíz de esto- son doblemente dominadas.

La intención del trabajo es indagar sobre las formas en que las mujeres entrevistadas conciben al peronismo, cómo está construido e inculcado en sus subjetividades y qué factores determinan sus pensamientos

 

 

Aspectos Metodológicos

 

Si bien no trataremos el tema metodológico específicamente, no dejaremos de mencionar el contexto en el que se realizo la investigación.

El análisis de las entrevistas parte de una investigación realizada cuyo objeto principal es el de estudiar si el tejido social se quebró o no en los sectores peronistas populares argentinos. Se parte de la premisa que los comportamientos de los sujetos están influenciados –sino determinados- por el tejido social al que pertenecen. Entonces a mayor densidad del tejido social, menor es la posibilidad de cambio en la elección electoral. A la inversa, si se debilita el tejido social, existe más libertad para elegir la orientación electoral.

A partir de allí se realizaron entrevistas en profundidad a sujetos de los “sectores populares” peronistas quienes habían votado por lo menos desde el 83 hasta el 95 al peronismo y en el 99 habían cambiado su voto a la Alianza u otro partido.

Esta investigación tomó el peronismo desde el sujeto, donde se le da una importancia relevante al relato. La importancia del relato es fundamental ya que se le da énfasis a cómo el sujeto construye los hechos. En este sentido, se le da prioridad a la construcción del discurso histórico de cada sujeto por sobre la prueba de veracidad acerca del enunciado en sí mismo.

Muchas y diversas son las diferencias que hacen diferir a la metodología cuantitativa de la cualitativa. Desde la perspectiva cualitativa, se considera que la realidad social es una producción y construcción humana, no algo ajeno al individuo que es susceptible de ser medida y observada. Los investigadores cualitativos intentan dar sentido o interpretar los fenómenos en términos de los significados que le otorga la gente. Dentro de esta perspectiva, adquieren una importanciaprimordial los significados sociales que las personas asignan al mundo que los rodea, la construcción del sentido intersubjetivo que le da sentido práctico al mundo social. Por eso la importancia de los relatos, como dato fundamental de las investigaciones cualitativas, sobre los cuales se trabaja y se aborda la problemática científica.

Las entrevistas se realizaron a partir de una guía cuestionario, es decir que hubo una pauta previa para abordar al sujeto de la entrevista, como dijimos anteriormente. Huelga decir que no cualquier sujeto podía ser susceptible de ser entrevistado. Nuestra unidad de análisis debía cumplir con estos requisitos: ser votante efectivo, teneral menos 40 años y haber sido de orientación electoral peronista, excepto en las elecciones de 1999 donde cambiaron el voto a un partido no peronista, ya sea la Alianza u otro partido. Los entrevistados son de distintas edades, lo que nos permite ver diferencias en las densidades del tejido social.

Otro requisito era que los entrevistados pertenezcan a sectores populares, vale decir: sectores de menores ingresos, conjugado con el nivel de educación, por ser la misma, una variable compleja. Es decir que la variable “sectores populares” abarca no sólo la dimensión económica, sino también la educativa, ya que creemos que están relacionadas y aspectos habitacionales, laborales y sociales y prácticas que hacen al sujeto perteneciente a los denominados sectores populares.

Por último, queremos señalar que al final del trabajo se expone un cuadro con la información básica acerca de las entrevistadas, que figuran con un número a lo largo del análisis

 

Las variables que confluyen en la forma de dominación de los hombre por sobre las mujeres son muchas y se interrelacionan. Tal vez la más universal y concreta de visualizar se la dominación en el ámbito laboral. Sin embargo esta no es la única: es sabido que en cada sociedad se asignan roles distintos a mujeres y hombres, diferencias que se sustentan en la culturalización y socialización de formas biológicas. Al entender el sistema de género, entendemos el sistema en que estas diferencias se tornan en desigualdades, y nos aproximamos a entender también otras desigualdades.

Si bien las desigualdades son sociales, como decíamos anteriormente, en el fondo la diferenciación entre hombres y mujeres, para las distintas sociedades y sobre todo para la que analizamos, parece ser algo invariable, tal como la diferenciación sexual. Entonces, de la mano de las diferencias sexuales que existen objetivamente, se pasa a las genéricas.

Es en este sentido que al estudiar las mujeres de sectores populares que fueron jóvenes hacia 1940, nos encontramos que por los roles asignados a ellas (mujer, madre, ama de casa), son sujetos muy influenciables, cuya opinión tiene poco o nada de peso, sobre todo en lo que respecta a la política, la cosa pública misma. Este razonamiento tiene una lógica interna muy grande: si los roles de las mujeres eran, básicamente, los de producción y reproducción de la unidad doméstica, ¿por qué permitirle tener una opinión propia y respetable sobre lo que en el fondo es público?

La familia, entendiendo a la misma como la esfera de socialización primaria, ocupa un lugar privilegiado en la construcción de cualquier identidad, conciencia y práctica, ya sea esta masculina o femenina. Es en este sentido que analizaremos el fenómeno del “ser peronista” ya que tomaremos en cuenta las entrevistas de las mujeres, quepor su condición genérica, están doblemente condicionadas a las predisposiciones y esquemas clasificatorios familiares. Es decir: aprendemos de nuestros ejemplos más cercanos y reproducimos sus ideas, pero, lejos de transitar una etapa de autonomía en el pensamiento, las mujeres tienden a conservar la influencia del hogar. Esto se acentúa aun más en el marco de la familia nuclear en el que las mujeres están relegadas a deberes relacionados con la maternidad mientras que las vidas de los hombres se refieren a funciones de jefes de familia o proveedores del sustento del hogar y poco dicen sobre las tareas de paternidad.

 

“(Cuando salían) nunca hablábamos de política (...)

  • Yhablar de a quien iban a votar?
  • Y bueno eso si, mi marido me agarraba y me decía vota a fulanito de tal y yo iba yhacía lo que él me decíay lo mismo que mis padres....
  • Pero entonces tu papá les decía qué hacer?
  • Si (...)
  • Y quien te dijo de votar a Menem?
  • Mi marido, ya estando separada
  • Y eso como era?
  • Porque él veníaa casa a ver a los chicos .
  • Y hablabas de política con él?
  • No hablar de política no, cada vez que había que votar uno preguntaba a quien hay que votar
  • Entonces cada vez que había elecciones tu papá o tu marido te decían aquien votar?

Si” (E 12: 9 y 10)

 

 

“ Y ahora sabéspor quien votar?

No. Si a lo mejor ahora estuviera mi marido sabría por quien votar porque el marido es como que la alienta a una y en ese sentido él entendía muchoo de política y ahora no sé por quien votar” (E2:8)

 

En la mayoría de las entrevistas realizadas, al momento de preguntar por el momento en que se reconocieron peronistas, siempre aparece la familia como el factor que introduce al sujeto al peronismo, equiparando esto con la enseñanza de valores, principios y la enseñanza de la forma en la cual la vida merecía y debía ser vivida. En este sentido, el siguiente párrafo, ilustra esta idea:

 

... yo creo que la familia daba otros valores... Mi papá era peronista, mi mamá también, mi familia... todos. Yo mamé el peronista, si pero, lo mamé, me lo enseñaron. Lo que pasa es que me gustó, me lo informaron bien, entonces adopté como único movimiento nacional parido por un argentino,una argentina, tanto Perón como Evita.” (Entrevista 1:7)

 

“yo erachica cuando murió Evita, yo lloré tanto por Evita, sabéscómo lloré. Era como si se hubiera muerto alguien de mi familia. Y después bueno, cuando se c asó de vuelta Perón con Isabelita y nosotros no la queríamos y que se yo. Ydespués cuando murió Perón de vuelta yo quería ir a verlo... sufrí mucho por la muerte de ellos”.(E4: 17)

 

“Crecí con la presidencia de él (Perón). O sea, yo no tuve necesidad de que me dieran nada, pero si veía a mis compañeros decolegio, veíafamiliares míos. Tenia un compañero mío de la primaria que se quemó la casa y Evita le puso una prefabricada y le puso una máquina decoser a la mamá para que cosiera.

¿Evita?

Si, si Evita, la misma Evita se encargó” (E6: 4 y 5)

 

El peronismo se concibe, en este sentido como la extensión de la familia tradicional o nuclear, uniendo lo privado con lo público. El peronismo funcionaría así como una gran familia, en la que todos tienen un capital (social) en común: ser peronistas, conformando una “comunidad peronista”. Por comunidad designamos (Gorz; A: 1997; pag. 127) un agrupamiento colectivo de personas cuyos miembros están ligados por la solidaridad vivida y no por un lazo jurídico o formal. La comunidad se erige sobre algo que todos piensan y son conscientes que tienen es común (en este caso el ser peronista). A partir de ese momento alguien adquiere una existencia objetiva autonomizada, que se reproduce por medio de prácticas y modos de vida:

 

“yo si (me considero peronista) pero de Perón. (...) Pero yo no soy peronista de los que aparentan, eh? Soy peronista de acá adentro (N.E: se señala el corazón) (E6: 6 y 4)

 

Si tomamos en cuenta lo anteriormente dicho acerca de la comunidad peronista y de la existencia objetiva que la misma adquiere, esta recibe una doble fuerza al tratarse de mujeres. No sólo se trata de la generación de una existencia colectiva: es la creación de una existencia colectiva de mujeres, y esto no es menor. Es el ingreso de las mismas en la arena pública. La familia y los espacios formales de socialización y militancia política peronista se entrecruzan y continúan una con la otra. Aprender la doctrina peronista es algo que se hace en la familia y en la Unidad Básica: los roles se mezclan y las tareas se desdoblan.

Las Unidades Básicas son la unidad mínima y primaria del Partido Justicialista. Ellas son el centro natural de adoctrinamiento y difusión de las ideas peronistas y la organización de los afiliados. Al mismo tiempo, en el espacio físico de las unidades serealizaban actividades culturales, comunitarias y de asistencia social. El otro espacio al que nos referimos es la familia, pero por la forma en que la primera estaba articulada, se manifestaba como una especie de segundo hogar y la figura de Evita y Perón, como los segundos padres:

...pero sentía y amaba, amaba a los hijos de otros hijos y ella nos toma a todos políticamentecomo mamá, la mujer que abarca a todo y a todos sin límite” (E1: 8)

 

Así, a partir de estas afirmaciones podemos inferir que no había una ruptura entre las dos instancias mencionadas sino que por el contrario, hay una continuidad entre el espacio físico concreto del partido y la unidad doméstica. La primera consecuencia visible de este fenómeno es que los roles pueden llegar a ser confundidos y distorsionados: la separación entre lo barrial y lo familiar se desdibuja formando un tejido social compacto, que con el correr del tiempo y enclavado en la actual crisisde valores y representación, entra en crisis. La segunda conclusión que podemos inferir hace a la forma en que se concibe el peronismo: no como una identidad política partidaria y concreta sino como unaextensión de la socialización primaria.

El peronismo cruza todas las esferas de la vida cotidiana, se convierte en un modo de vida, más que en un pensamiento político racional y cuestionable, en definitiva es una cuestión de fe, una parte de la esencia personal. El capital social distribuido por todos los miembros de la comunidad se equipara a un nivel de fe religiosa: es parte de la esencia de los sujetos, que trasciende a la práctica misma, acompaña al sujeto durante toda su vida y va más allá del ejercicio concreto de la religión y la racionalización de la misma:

 

“Si, vos lo votabas con fe porque te daba, mi amor. Porque Uds. no lo vivieron, yo si tenia 18 años y pasamos a ser gente, como toda la gente. Yo iba al centro y de las otras chicas me diferenciaba, no se hasta donde de cómo iban vestidas y todo y subió Perón y cuando yo iba al centro no había diferenciación de clases en vestimentas ni en nada” (E7: 4)

 

“Un peronistajamás deja de ser peronistade ser peronista porque siempre va a haber algo, cuando y se mama, que se va a identificar, porquefue el primer partido político que tuvo su propiabandera, su propio escudo”. (E1: 21)

 

En este sentido, la misma entrevistada afirma:

“Che, abrimo, vamos a peronizar, vamos a hacer esto..., bueno dábamos una copa de leche que no nos daba el Estado, nos daban los comerciantes, la leche, el Toddy , y a los chicos salían del colegio,les dábamos la copa de leche pero primero tenían que hacer los deberes, para que vayan a la casa adisfrutar de la familia. Y muchos chicos que necesitaban un apoyo... entonces ya nos dedicábamos más a la educación, al crecimiento, de esa criatura” (E1: 9)

 

Nos detendremos ahora en la aparición de un nuevo vocablo: la peronización de los sujetos. Ya destacamos la connotación religiosa y de cooptación de fieles que esta sugiere. También subrayamos el rol de las religiones en otorgarle un sentido último al mundo, y a la existencia de los seres humanos. En esta línea, que se maneja sobre la significación, es donde nos detendremos ahora.

La aparición e invención de nuevas palabras expresan también, una cierta alteración en el orden vigente: se abre una nueva casilla en un tablero, expresando –como las demás casillas- una idea, en este caso nueva. En palabras de Foucault, un sistema de elementos es indispensable para el establecimiento del orden más sencillo. El orden es, a la vez, lo que se da en las cosas como su ley interior, la red secreta sobre la cual se miran en cierta forma unas cosas a otras, y lo que no existe a no ser a través de la reja de una mirada, de una atención, de un lenguaje; y sólo en las casillas blancas de este tablero se manifiestan como estando ahí, esperando el momento de ser enunciadas” (Foucault, 1968: 4-5).

Es en este sentido, así como en el religioso también, como la siguiente afirmación debe ser analizada:

 

“Si, se hablaba de Perón.... eh...mi familia era toda peronista, como la gran, gran mayoría de los argentinos, eran..., digamos también había infidelidades” (E 3: 24)

 

La lógica religiosa se reitera en la afirmación precedente en la que casi trata de herejes a quienes no profesan el “pensamiento” peronista. Perón aparece así santificado como el “padre”-aludiendo al entrecruzamiento y desdoblamiento de roles- que da derechos y deberes a estas personas, que los vuelve ciudadanos, dándoles identidad colectiva. Pero además, la identidad debe ser ampliada: al mejor modo de las misiones evangelistas, para citar un ejemplo, hay que peronizar, conseguir más fieles. Otra vez aparece el peronismo no solo como una parte de la vida de las personas sino como un todo, no solo abarcando lo política sino también lo cotidiano como si fuera una cuestión de fe.

Por otro lado el rol de la mujer dentro del peronismo en general y de las Unidades Básicas en particular, merece un tratamiento especial. Si bien la doctrina peronista era percibida como algo innovador para el momento en el que se gesto, podemos deducir a partir de las entrevistas que el peronismo lo que hace es, reproducir la estructura familiar y social dominante en ese momento. El rol de la mujer dentro del peronismo reproducía su rol dentro de la familia tradicional, es decir se dedicaba a tareas de asistencia social, de apoyo escolar, etc:

 

“(Evita) Por la ventana ella sacó el cuerpo y lo agarró así y me lo tiró... y asíle tiraba a los chicos. Y por eso me hice muy de perón y Evita, siempre yo fui peronista. Y después cuando Evita le dio el voto a las mujeres, viste que antes no votaban, después mamá la votaba a ellas y después nosotros votábamos a Perón y Evita” (E4: 13)

 

Ni el apoyo escolar, ni la asistencia social son actividades novedosas para la época, por le contrario, desde otros sectores de la sociedad incluyendo la oligarquía realizaba actividades de beneficencia. La diferencia es el velo ideológico que cubre la actividad.

Enclavada en el objetivo último de peronizar, lo que realmente realizaban no tiene ninguna diferencia con la cooptación de fieles a nivel religioso. El mantenimiento de la comunidad partidaria y la reproducción de las formas culturales constitutivas de la tradición peronista justificaban la actividad asistencialita de estas mujeres. Por otro lado, la carrera política de las mujeres se desarrollará en forma paralela a la de los hombres, no en una competencia efectiva y transparente, hecho que se institucionaliza con el Partido de Mujeres Peronistas en 1949. Nuevamente en la estructura peronista se reproduce el sistema dominante en el que las mujeres y los hombres van por distintos carriles y los bienes tanto simbólicos como materiales por los cuáles compiten en el mercado, son de otra índole.

Otro ejemplo de la conceptualización de las mujeres para el peronismo se da en la Educación. La década de los 40 (Álvarez, 1998) es testigo de una ampliación del viejo sistema educativo de capacitación técnica en donde se incorporan nuevos contenidos desde los niveles más elementales hasta los universitarios. El peronismo, se propone –retornando al discurso de la instrucción pública- el acceso a la educación de los sectores más pobres y hasta entonces excluidos. Así, en los 50, mediante la reorganización de las Escuelas Profesionales de Mujeres se dictan los “cursos libres”

Establecidos por una resolución de marzo de 1950, los cursos libres tenían por objetivo principal contribuir a la formación de la mujer argentina con un contenido acorde en lo espiritual como así en lo cultural. De estas manera, estos cursos llegaban a las mujeres en sus periodos de escolarización(2) con el fin de “otorgarles útiles para el mejor y más fácil desempeño de las tareas domésticas o una mayor aptitud en la práctica de una ocupación ejercida profesionalmente” según lo establecía el Primer Plan Quinquenal. Varias de las especialidades de estos cursos eran cocina, bordado a máquina, repostería, encajes, etc. Todas ellas disciplinas que afianzaban el rol doméstico de las mujeres y que en todo caso, realicen una actividad laboral en el marco hogareño contribuyendo a la economía familiar con sus ingresos. Acorde a la visión de los organismos educativos de la gestión peronista, la mujer era el centro de la unidad doméstica y la célula generadora del progreso de la Nación.

Ahora bien. Acabamos de ejemplificar qué roles se le asigna a las mujeres desde el peronismo y nos detuvimos a observar cómo a nivel partidario, las actividades que las mujeres realizaban no eran novedosas ni elevaban el status de las mujeres, algo había que hacía que esta actividad asistencialista sea avalada y permitida e incluso fomentada dentro de la estructura peronista.

Sostenida en un marco de una ideología peronista que se basaba en la justicia social, reconocimiento de derechos y deberes, entre otras cosas hacia que esta actividad no fuera vista con un peso negativo. Consistía parte de una doctrina de un movimiento, de un tejido social articulado, que le da razón y fundamentación a estas actividades:

 

Lo del peronismo aparece. que le da valor a la gente pobre, que le da identidad... porque los pobres era como que no teníamos identidad y le da valor y accedemos a lugaresque solamente accedía la gente de dinero,en este caso , llamó Teatro Colón.” (E 3: 7)

 

“La mayoría (de mi familia, nota del entrevistador ) estaban contentos con Perón porque había mas ley para los pobres, porque antes los pobres eran esclavos y el saco la ley de aguinaldo,de jubilación, los derechos para loshumildes” (E3:12.

 

De estas afirmaciones se deducen varias conclusiones. La primera es que a partir de la etapa peronista los pobres se vuelven sujeto, pero más allá de eso, se vuelven ciudadanos con claros derechos cívicos establecidos. El ciudadano no es la persona sujeto en sí, sino que es la persona jurídica asumida en la universalidad. La adquisición de los derechos colectivos se adjudican como victorias peronistas, y son en parte, gestadas bajo los gobiernos justicialistas. Sin embargo su proyección y formalización o hasta implantación de los mismos en varios casos, precede a estas administraciones.

De lo anteriormente mencionado, podemos pensar que el peronismo se asienta sobre las bases de la justicia social y reconstruye una memoria colectiva de manera tal que se adjudica victorias que no fueron ganadas enteramente en su campo(3). El reconocimiento de la ciudadanía en los sectores populares es el pilar sobre el cuál se asienta el reconocimiento a Perón, más allá de si corresponde enteramente a sus gobiernos o no. Esto nos demuestra que la construcción de la memoria histórica y colectiva no siempre respeta los tiempos ni hechos históricos.

Si la obtención de la ciudadanía tiene un efecto unificador y fortalecedor en la memoria peronista, doblemente lo tiene en la memoria de las mujeres justicialistas. No es sólo el reconocimiento de la ciudadanía, sino el de la mujer ciudadana: la mujer con derechos y deberes y en especial, el derecho a voto. Estas frases ilustran la situación:

 

“Y después cuando Evita le dio el voto a las mujeres, viste que antes no votaban”(E4: 13)

“Digamos que la mujer no tenía acceso a nada” (E 3: 22)

 

“ Soy de una época en que la mujer si estaba casada, no podía, no le daba lugar y ... seguramente ni lo intenté .... no había tampoco eh, no no había. Porque tal es así que cuando la mujer vota, fuedespués de Evita. Cuando viene Evita” (E3: 4)

 

“.... vos medecís si yo militaba... a partir de eso empieza la mujer a militar...de, ... de acceder Evita. Porque Evita ya está con Perón...”(E3:4)

 

Un ejemplo de cómo el peronismo se asienta sobre bases más justas se ilustra enla cuestión alrededor del sufragio femenino. En los años 30, el Comité Socialista del Sufragio Femenino tuvo poco eco, pese a que la Asociación del Sufragio logró reunir 100 mil firmas a favor del proyecto. En 1933 surgió la Asociación de Mujeres Radicales y en 1936 la Unión de mujeres, todas organizaciones que lucharon contra los intentos de abolir las reformas en el código civil. Los años precedentes al 46 minaron todo movimiento feminista, que fue perdiendo fuerza por no tener una base ampliada y nos hasta 1946, ya con Perón en el poder que se logra la conquista del voto femenino. Esta lucha llevó el sello personal de Evita, enfilando tras su capacidad de liderazgo a las mujeres. (Valdés, T y Gomariz Moraga, E: 1993; pag 2)

Por otro lado, de la primer frase analizada, podemos extraer otra conclusión. El discurso peronista trataba de tomar elemento innovador, predicando por con una sociedad nueva, sin embargo, elementos como este entran en contradicción con las acciones que el partido una vez gobierno, generaba para las clases populares. El permitir el acceso al Teatro Colón a estos sectores, si bien es algo innovador y progresista y una señal de conflicto hacia la oligarquía, también da cuenta de las intenciones de la administración peronista: el conquistar espacios ya construidos en vez de generar nuevos, dato que debemos tener en cuenta.

El peronismo ha sido criticado desde el momento de su creación hasta la actualidad, donde sigue generando controversias y valoraciones positivas o negativas, provenientes desde distintos sectores de la sociedad(4). Sin embargo, nos interesa detenernos en una crítica que era común hacerle al justicialismo desde los sectores más conservadores de la época y era el aspecto revolucionario del movimiento.

No podemos negar las mejoras hacia la clase trabajadora y los sectores populares que vinieron de la mano del líder peronista: sin analizar las intenciones de las mismas –si reforzaban el sistema capitalista o si eran un paso hacia el otro modelo- varias veces fueron concebidas como revolucionarias. Sin embargo, una vez en el poder, el peronismo centra su estrategia en permitir el acceso de los sectores beneficiados a lugares antes exclusivos para las elites. Desde la plaza, la ciudad misma hasta el Teatro Colón, los sectores populares empiezan a aparecer en ellos. Podemos agregar, además que tanto la inclusión de estos sectores a la sociedad de manera simbólica y objetiva, materializada en el acceso a distintos bienes y servicios así como la inclusión legal y formal a la estructura social de las mujeres, eran temas de agenda doméstica e internacional.

Si bien es cierto que hay un elemento innovador en estas prácticas, como contrapartida podemos ver la plataforma política sobre la cual se asentaba el peronismo: remover algunas existencias sociales (tanto en el nivel simbólico como en el objetivo) sin generar cambio radicales, sin alterar el status quo. En palabras de Bourdieu, la lucha en cuestión no es una lucha revolucionaria con pretensiones de derrocar el orden establecido, sino que se trata de una lucha competitiva, una suerte de carrera en la que los dominados se esfuerzan por apoderarse de las propiedades de los dominantes” (Bourdieu, 1982: 103). El discurso herético, en este sentido, no sólo debe romper la adhesión con el mundo al que es contemporáneo: debe producir un nuevo sentido común e integrar en él, las prácticas y experiencias hasta el momento tácitas o rechazadas por el grupo.

En este sentido, nos interesa detenernos en expresiones que reiteradas veces resuenan en las entrevistas realizadas. El “peronizar” a la gente, entendiendo por esto la adquisición de una forma de vida, el “ser peronista”, que alude a una esencia -y que como paradoja deviene de la pregunta “¿cómo se hizo peronista’”-, el ser “peronista de alma” y la idea de que más allá de seguir votando al peronismo o no, de cambiar de voto, o de predicar el descrédito de la política, nunca se deja de ser peronista. Esencia, práctica, religión, familia, educación, socialización y sociabilidad, son muchas de las variables que cruzan a las entrevistadas peronistas. Las mismas, entienden al peronismo como un todo, al que se puede dimensionalizar, pero que tiene un hilo conductor, que en última instancia está basado en una doctrina. Ahora bien, para entender la forma de vida peronista que implícita o explícitamente emerge de las entrevistadas, debemos entender la sociedad y el Estado en el cual el peronismo nació, se solidificó y amplió.

Tal vez la mejor manera de aproximarnos a la sociedad de ese momento (de 1940 en adelante) y sin ahondar en detalles sobre la misma, sea simplemente pensar la nuestra actual.

Vivimos en una época donde vemos un Estado mínimo que –a diferencia del Estado Benefactor Argentino de los 40 con las posibles deformaciones que se le adjudican- no está articulado: sus tres poderes discuten diariamente, presenciamos un enorme vacío de poder, debilidad en las decisiones, disminución en la capacidad de decisión, de ejercer poder nacional e internacionalmente y con políticas públicas y sociales escasas y de éxitos relativos. Este todo desarticulado es tal vez la mejor definición por oposición del todo articulado que era el Estado al momento de generar “fieles” peronistas.

La actual descomposición del Estado lleva su correlato en la descomposición de la sociedad civil: en un Estado débil, es lógico que la sociedad pierda capital social y se debilite. La descomposición de la comunidad encuentra su correlato en la fragmentación de la vida cotidiana de los individuos que la componen. El proceso vital de cada agente tiende a descomprimirse y confinarse en fragmentos o episodios, que funcionan como departamentos estancos dentro de una estructura endeble. En términos de Adorno y Horkheimer, los individuos son reducidos a una mera serie de secuencias de experiencias instantáneas que en última instancia no dejan rastros (Bauman: 1998; pag 86). En este sentido, hasta la raíz etimológica de la palabra individuo perdería sentido y nos llevaría a tener que replantearnos este concepto, cada vez más vacío de contenido.

Por oposición a este “hombre modular” que conceptualiza Gellner (Bauman: 1998; pag 167) podríamos ver un hombre -mujer en este caso- total paralelo al Estado peronista, entendido éste como un todo articulado. En otras palabras, así como la descomposición del Estado repercute en la Sociedad Civil y la de ésta en cada uno de sus miembros, el fortalecimiento del primero hace al fortalecimiento de la sociedad civil y el de ésta a la de sus individuos. Estos se articulan, buscan su identidad, generar antinomias: su vida tiene una esencia y sentido de pertenencia y los límites de la pertenencia están bien marcados. Y es dentro de este marco que las instituciones que en ese entonces se generaban, debían ser totales, jerarquizadas y respaldadas por un ritual. Al mismo tiempo, éstas eran estables por basarse en un conjunto de relaciones internas entrelazadas en donde el otro también es un todo articulado y no la mera suma de posibilidades distintas.

En una sociedad donde la integración y el control eran temas de agenda, no es fácil salirse de las instituciones y los lazos y subjetividades que se generan no sólo que trascienden a los momentos históricos y concretos, sino que se perpetúan, aunque tal vez no permanezcan inmóviles.

Durable pero no inmutable, podríamos pensar que el peronismo es visto por las entrevistadas como un capital genético (García Inda; 2000: pag 25 y 26)(5). que al mismo tiempo es inculcado socialmente: es una subjetividad socializada. Si entendemos las expresiones de las mujeres en este sentido, podemos explicar cómo las mismas pueden sentirse peronistas sin tener que ejercer la política, cómo el peronismo es una forma de vida, una gran familia y no sólo una doctrina, una práctica o una estructura y cómo pueden las mujeres crear estructuras políticas alternativas al mejor estilo luterano sin por eso dejar de ser peronistas(6).

Ahora bien. Si bien esta perspectiva nos ayuda a comprender la esencia peronista y los esquemas de percepción de los actores en cuestión sobre el peronismo, nada nos dice –al menos todavía- sobre la dimensión genérica, lo que haría que esta aproximación pudiera considerarse en cualquier estudio, inclusive en los genéricamente neutros.

Abanderados de los sectores dominados y sojuzgados la “pareja Estado” Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón, contribuirá a la confusión y simplificación de roles por medio de sus acciones y sus discursos. Perón no sólo es Estado sino también padre y Evita no sólo es Estado: es esposa y madre. En otros términos: es la mujer que trabaja sin descuidar la unidad doméstica y sus componentes, que sería el Estado y los sectores desabastecidos o sojuzgados. Y dentro de estos sectores populares y supuestamente hasta el momento desprotegidos, las mujeres juegan un papel esencial.

Así como su dominación y su desprotección es doble, su reconocimiento como ciudadana y su mejoramiento en el acceso a bienes objetivos y simbólicos también lo es. No es sólo –como ya dijimos- el reconocimiento de la ciudadanía, sino el de las mujeres ciudadanas, con derechos y obligaciones, con una mayor participación social que trae aparejada una aparente evolución femenina. Al mismo tiempo que su desprotección era doble, su reconocimiento en tanto sujeto político también lo es y prácticamente inédito en términos históricos.

Sin entrar en detalles sobre el tema, caben mencionar algunas consideraciones sobre el tratamiento que se le da a las mujeres desde el peronismo. Ya expusimos cómo se genera una estructura política alterna (Partido de Mujeres Peronistas), donde está claro que las mismas compiten por distintos bienes en el intercambio de acción política. Aclaramos además, la formación laboral que reciben las mismas en las escuelas, que tienden a generar amas de casa capacitadas y no profesionales autónomas competitivas en el mercado laboral formal. Por último, resaltamos el rol conservador que se le asigna a las mujeres dentro de las Unidades Básicas, en donde las mujeres realizan tareas destinadas a reproducir y perpetuar el sistema, valores y status social entonces vigente.

Desde el plano discursivo, por otra parte, también hay diferencias genéricas: la pareja Estado también utiliza la palabra para afianzar estos roles en las mujeres, se dirige a ellas de otra forma, las capta como sujeto autónomo, dándoles identidad y lógica colectiva de acción. Pero siempre en la lógica discursiva se resaltará el lugar de la mujer en tanto célula fundamental de la unidad doméstica y la principal generadora del Estado Peronista.

Por otro lado, la misma pareja peronista reproduce lo que venimos sosteniendo: Perón es el gran administrador y estadista y Evita la benefactora de los humildes y es éste el modelo el que se insita a reproducir. Este párrafo ilustra cómo Evita le habla a sus congéneres:

“Vosotras mismas, espontáneamente, con esa cálida ternura que distingue a las camaradas de una misma lucha, me habéis dado un nombre de lucha: Evita”. (Eva Perón, Marzo de 1949)

Entones, si como estuvimos analizando a lo largo del trabajo, desde el peronismo se tiende a reforzar las desigualdades genéricas y a biologizar aspectos sociales y culturales, ¿qué es lo que permite que las entrevistadas vean al movimiento como revolucionario?. Podríamos pensar que la explicación se limita al otorgamiento de la ciudadanía, del reconocimiento de las mujeres como actores políticos y sociales, con derechos y aplicaciones, lo que les da un lugar en la sociedad en términos simbólicos y objetivos. Sin embargo, esta dimensión no es la única a tener en cuenta en el análisis.

En el tratamiento a la mujer, se enfatiza la no naturalidad de la concesión de derechos a las mujeres: esto se ve en las estructuras paralelas que mencionamos anteriormente se crean para las mujeres, y en los roles que designan. Se enfatiza en el lugar que se les concedió, sin tener en cuenta que muchas de las licencias dadas fueron simultáneas en tiempos históricos para hombres y mujeres. Entonces se capitaliza esta concesión de manera tal que las mujeres están doblemente agradecidas al peronismo, por ser sector popular beneficiado y mujer del sector popular beneficiada:

"...Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado lahora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Ha llegado la hora de la mujer argentina, íntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima. Ha llegado, en síntesis, la hora de la mujer argentina redimida del tutelaje social, y ha muerto la hora de la mujer relegada a la más precaria tangencia con el verdadero mundo dinámico de la vida moderna."(Eva Perón, 12 de marzo de 1947)

 

 

En un mundo donde la inclusión femenina empezaba a ser tema de agenda, el peronismo tomó la delantera y capitaliza sus logros haciendo que las mujeres estén doblemente agradecidas al realzar su carácter subalterno. Por lógica, si la dominación se percibe cómo doble, el agradecimiento también lo es.

 

Algunas conclusiones:

 

Hemos visto, a lo largo del trabajo, que si bien el peronismo pudo haberse propuesto la creación de una sociedad más justa e igualitaria, no fue así en el caso de las mujeres: no sólo que legitimaba el modelo patriarcal, sino que lo reforzaba mediante su ideología y sus prácticas. Las mujeres entrevistadas parecen estar sujetas por un lado al tejido social que las envolvía a nivel social y más aun a las estructuras masculinas más cercanas a ellas.

Implícita o explícitamente el peronismo reforzaba el patriarcalismo planteando el lugar central de la mujer en el hogar y su rol como agente perpetuador del peronismo, pero siempre puertas adentro. La división del trabajo planteada desde esta perspectiva tiene su máxima expresión en la pareja gobernante y en su asignación de tareas.

Sin embargo, hay un elemento unificador que opaca el tono conservador de lo expuesto y hace que todo sea visto como revolucionario: la concesión de derechos cívicos a la mujer y la conversión de la misma en sujeto y actor político, al menos en términos aparentes. Y no es casual que utilicemos la palabra concesión, ya que de eso se trata: el peronismo les dio la posibilidad de existencia: el peronismo, no otros.

En un marco donde los tejidos son densos y articulados, donde hay un alto grado de composición y unidad de la comunidad generada, las distintas dimensiones del individuo se superponen y entremezclan, generando un individuo articulado no divisible. De ahí las expresiones que hacen a una esencia peronista y al peronismo como un capital genético, que junto con el énfasis en el estado subalterno de las mujeres y en las licencias a ellas dadas, generan un sumisión y determinación al tejido social que condiciona sus actividades.


Cuadro de Entrevistadas

 

Número de entrevista

Nombre de la entrevistada

Nombre del entrevistador

Edad

Estado civil

Ocupación

1

Nelly

Hugo Britez

49 años

Soltera

Desocupada

2

Esther Barrios

Lili Mayer

69 años

Viuda

Servicio Doméstico

3

Noelia

Vanina Celada

82 años

Viuda

Jubilada

4

Carolina Oviero

Juan F. Corallini

63 años

Soltera

Servicio de Limpieza

5

Graciela Borges

Daniela Novo

38 años

Soltera

Maestra

6

Haydé

Daniela Novo

61 años

Divorciada

Maestro

7

Irma Loraico

Guillermo Zuccol

63 años

Divorciada

Ama de casa

8

Silvia

Daniela Novo

29 años

Soltera

Maestra

9

Mirta

Carolina Saugar

64 años

Viuda

Jubilada

10

Lita

Debora Babiszenko

53 años

Casada

Trabaja en una Cooperativa

11

Vilma

Mirta Rearte

60 años

 

 

12

Alcira Cansinos

Lili Mayer

58 años

Separada

Empleada doméstica

13

Ana

Fernanda Cittá

43 años

Viuda

Desocupada


Bibliografía consultada:

 

-Álvarez, Maria de los Ángeles: La formación femenina en las Escuelas Profesionales: preparación educativa e inserción laboral en el período peronista. Universidad de Salta, 1998.

-Bauman, Zygmunt: En Busca de la Política, CFE, Buenos Aires, 1998

  • Bourdieu, Pierre: La Reproducción, editorial Popular
  • La Miseria del Mundo, CFE, Buenos Aires,1999
  • ¿Qué significa hablar? Madrid, 1998
  • Poder, Derecho y Clases Sociales, Desclee. 2000

-Delgado García, Daniel y De Piero, Sergio: Economía Social y la crisis. Una aproximacióninicial. FLACSO, 2002-

-Gorz, Andre: Miserias del Presente, Riquezas de lo posible. Editorial PAIDOS, Paris 1997

*Periodista/ Lic. en Sociología – Universidad de Buenos Aires

lilimayer@yahoo.com

2 Cabe destacar que los requisitos para acceder a estos cursos eran mínimos: se restringían a un certificado sanitario y a ser mayores de 16 años sin necesidad de haber cursado los estudios primarios

 

3 Citamos a modo de ejemplo una experiencia estudiada por García Delgado yDe Piero (FLACSO 2002). Desde principios del siglo XX se proponía tanto desde el socialismo como desde el anarquismo nuevos tipos de organizaciones empresarias para salir del capitalismo. Tomando estos enfoques como precedentes, será ya con el peronismo en el poder -por medio de las estructuras sindicales- la participación de los obreros en las empresas. La participación tomará fuerza constitucional en el 49 con la reforma de la Carta Magna luego derogada por la convención del 57.

 

4Debemos destacar que parte del cuestionamiento que se le hace en la actualidad, se encuentra dentro de la estructura misma del justicialismo, ya sea desde su aparato político hasta sus afiliados o seguidores. Esto, por otro lado, debemos tenerlo en cuenta en el contexto de crisis de representaciónpolítica y la ruptura de la relación representante representado, sin por eso desconocer los problemas puntuales que atraviesan a la organización.

 

5 Este concepto es tomado del prólogo al libro de Pierre Bourdieu Poder, Derecho y Clases Sociales, cuando García Inda explica la noción de habitus del pensador francés. Si bien podríamos seguir analizando las conductas de las mujeres en la dirección del habitus y explicar sus prácticas en función a este concepto, nos parece poco prudente tomar esta noción precedente a nuestra investigación: la categoría en cuestión probablemente ayudaría a cualquier análisis posterior, pero la no representatividad y la naturaleza de nuestra investigación nos impide generar hipótesis tan contundentes. Recordemos que la investigación cualitativa parte de conceptos sensibilizadores y no de marcos teóricos a priori y previamente estructurados.

6 Nos referimos a la entrevistada número 10 que se retira del peronismo para formar los cimiento del FrePaSo y luego el Polo Social bajo el liderazgo del padre Farinello.

 

 

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