ACILBUPER - REVISTA DE CIENCIAS SOCIALES DE SANTIAGO DEL ESTERO www.acilbuper.com.ar
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Santiago del Estero, 30 de Octubre del 2000.
Hablar de posjuarismo a esta altura del tiempo, aunque ésta nota data de un par de meses y conocida por amigos, pareciera un acto irreverente y riesgoso porque su sola mención podría ser tomada, por el contexto socio político y cultural existente, como una actitud maléfica, porque trata de analizar objetivamente, con la más respetuosa intención del mundo, un tema tabú en nuestra parsimonia provincial.
Este riesgoso atrevimiento, lógicamente visto como negativo por quienes pueden sentirse tocados y ofendidos, que no es la intención del autor, de por sí conlleva la idea de finitud de un ciclo; que, de hecho, no va a ser compartido por los partidarios de lo que termina, por cuanto estimo, que por la humana naturaleza afectiva se pierde la noción del tiempo que transcurre, tornándoselos eternos a los personajes adorados... a quienes mitificándolos se les asigna condiciones sobrenaturales... y, esto hay que respetar.
Para intentar comenzar con el análisis, me permitiría afirmar que los humanos existimos insertos en el cronos, o sea que todo nuestro existir es solo posible en el tiempo, lo que, lógicamente implica un antes, un durante y un después. Para cada uno siempre hay una relación temporal con algo o alguien que nos interesa y cautiva, y, por ello nos referencia; dándonos una idea casi inconsciente de la reanimación de nuestra singular existencia, distinta al referenciado. Todo esto se da en el tiempo, que es finito para nuestra natural humanidad.
En este sentido, los hechos o circunstancias humanas que han impreso "el hacer" en la vida de una sociedad, han recibido la influencia de singular característica a la persona que la imprime con su sello de intransferible personalidad, lo que hace a lo muy peculiar que lo distingue... De este modo, analizado como fenómeno el juarismo vigente, resultaría por demás importante de tratarlo y observar, por cuanto su vigencia en el tiempo - casi sin exageración - y como tendencia de medio siglo, es por demás significativo para nosotros los santiagueños...
El ismo que se trata de analizar, como todos los ismos que se dieron a lo largo de la historia y de la geografía mundial, no es solo el ejercicio del poder político de una persona, sino ese modo "particular" de ejercer el poder durante tanto tiempo, que ha creado, por repetición y aceptación y aún por rechazos diferenciales, pautas culturales que hacen a una especie de "compromiso fatalista" de grandes sectores sociales que "pasivamente" aceptan como normal esa "manera de asumir sus vidas".
Dentro de este contexto pareciera que los padres, con las lógicas excepciones, trasvasan de generación en generación a sus hijos esa mansedumbre y los condicionan - aún teniendo medios económicos suficientes y preparación profesional - a adecuarse a amoldarse a esa realidad.
La cultura del "aguante" del "que vas a hacer", del "así nomás hai de ser", etc., o más bien dicho "de la aceptación", que corresponde a un "autoritarismo pasivo", en alguna medida se la asume, como percepción de modelos exitosos y de triunfo, en los de arriba, con perfiles autoritarios activos (que mandan) o pasivos (que aguantan) y, aún sin darnos cuenta, por ser común y cotidiano, actuamos internalizando esas condiciones, realizándonos con esa personalidad orientada a ese sentido...
DESCRIPCION:
Como no es un fenómeno creativo exclusivo de su prefijo, sino que también existió en otros modos singulares anteriores en el tiempo y de otras latitudes, poseería, entre otras, características estructurales y funcionales, que podrían ser:
Ejercicio concentrado y autoritario del poder político; subordinación total de su gente hacia su persona y a extraños a través de resortes del poder;
Ruptura del sistema republicano (dependencia de poderes del Estado); publicación parcializada y tendencia de actos de gobierno; no renovación de personajes en cargos electorales y públicos importantes y/o renovación en función de "mas lealtad - subordinación"; designación de candidatos a dedo; no profesionalización de la administración pública (policía, justicia, docencia, etc.);
clientelismo político (explotación de la NBI);
Vínculos interesados con medios de comunicación masiva para manipular la opinión pública en su beneficio;
Acumulación de riqueza y consolidación económico empresarias en pocas manos, a través de obras públicas y servicios;
Persecución y espionaje a opositores políticos;
Negación de los derechos naturales más jerarquizados a los que opinen distinto y también a través de exclusiones y discriminaciones;
Desactivación sistemática de la actividad económica privada, para evitar la independencia económica personal y consolidar la sujeción por necesidad a un estado de dependencia económico - política del aparato público estatal;
Manipuleo reformador e incumplimiento de la constitución;
Negación al crecimiento personal de alguien que eventualmente pueda disputarle el liderazgo, como reacción a un temor íntimo a ser superado;
Sometimiento por compra de voluntades a través de favores y dependencia o con la división táctica de la oposición;
Permanentes expresiones rituales hacia el máximo prefijo cupular;
toda otra manera de ser, existir y concebir la vida, en pro de un "tener material" que encumbre y deforma al "ser verdadero"... La negación permanente de lo humano en su genuino proyecto "providencial divino" de un "ser" esencialmente espiritual - racional, en plena "libertad"... De un ser que, ejercitando su "libertad responsable", dirija su accionar hacia el Bien, un "ser ético", y "ser digno" y dignificante hacia los demás...
Este sistema particular, para su existencia y funcionamiento vigente, posee, como condición necesaria grupos de disciplinados que actúan como "ejecutores-efectores" del régimen; quienes lo hacen con mayor dureza aún que lo que haría su propio prefijo (mas papistas que el Papa); peores que su jefe y en nombre de quien y por quien y para quien aplican la rigurosidad, aun impía, del sistema...
Estos grupos, aprovecharían el temor latente por el disciplinamiento rudo que en un principio actuó como modelo ordenador y al que recurrirían cuando estimen necesario; siempre en nombre del prefijo, y cometerían, dentro de su dinámica existencia, enrriquecimiento no compatible con la función pública que detentan, para su propio beneficio, en muchos casos, aún a espaldas y sin conocimiento de la "autoridad suprema" a quien invocarían a través de menciones de requerimientos de aportes para su partido...
Este personalismo, como todo otro, tendría la característica de trascendencia a su propio tiempo histórico y ámbito partidario, por ser un fenómeno esencialmente humano, por lo que sus pautas, devenidas en cultura, perdurarían mas allá de la presencia en el poder de su titular.
Por esta característica trascendental temporo-partidario, estas pautas han sido internalizadas, por vigentes, por otros dirigentes de su propio movimiento y aún de partidos distintos, por habérselos considerado válidos y pragmáticos para conseguir el poder (en campañas electoralistas) y para mantenerse y ascender en jerarquía (en caso de haberlo conseguido) con su clientelismo político correspondiente.
Como toda obra humana, el fenómeno considerado, está sujeto a un proceso cíclico, por ser sus elementos intrínsecos constitutivos los hombres que le dan vida y dinamismo. Por esto, en cierta medida, su unidad y fortaleza inicial se mantenía coaccionada por la fuerza imperante desde su mandato vertical y unificador, correspondido, lógicamente, por la obediencia debida, según la motivación de la inserción y permanencia de cada integrante, sean estas ideológico-políticos o económico, sincero o simulado... Esa fuerza unificadora inicial que fuera captada por sus integrantes, honestos adherentes o no, políticos o especuladores económicos, disminuida que está en parte, también es percibida en su intensidad menguada, lo que permite cierto desacomodamiento y a la iniciación de una dinámica semi-anárquica que alcanza hay a ser captado desde afuera...
Por ser fenómeno social, político en este caso por estar referenciado al poder, la existencia del ismo de que se trata, en nuestra sociedad, podría haberse establecido y consolidado en vigencia por largo tiempo, por la característica cultural del elemento humano provincial, cuyo entorno geográfico agresivo de nuestra semiaridad, conformó temperamentos de "aguante", llegando a concebir la "subsistencia" y aún la "supervivencia" como sinónimo de "vivir"... y, luego esa tendencia al "aguante-duración" de esa "agresividad ambiente", trascendió hacia el ámbito de la "agresividad político-social-humana"..., que ya no le resultaba extraño...
SUGERENCIAS:
Dada la situación fáctica de este modo particular de ejercitar el poder, al que por su larga vigencia se le adjudica consecuencias positivas -para sus adherentes beneficiarios-, y negativas -para los opositores- implica con ello un fenómeno omnicomprensivo al conjunto de los santiagueños, por lo que es preciso, inteligente y de pretendida política mayúscula, planificar para el futuro de todos, sin exclusiones, para cada uno mas allá de la identidad política que legítimamente tenga; perjeñando acciones que se orienten a concretar un tiempo de transición y coincidencias en procura de conseguir el "bien común" -finalidad última del Estado-, que sea efectivo (que se cumpla realmente en el tiempo histórico concreto) y "participado" (por todos sin exclusiones) y concretar así, definitivamente la "igualdad-libertad y justicia" que son los valores supremos de la democracia.
En este a propósito sería necesario, según mi limitada opinión, fijar pautas institucionales concretas y transparentes que cumplidas si o sí, aseguren la vigencia de un sistema político-económico-social, que modifique positivamente los efectos negativos de éste modo tan singular de ejercer el poder y al que algunos, aún de otros colores políticos, podrían estarlo codiciando. Para este propósito, podría ser:
Inmediata reforma de la Constitución Provincial, para sacar la reelección al cargo de gobernador -porque es tramposo y retrógrado el argumento de que un período es poco para concretar un proyecto, porque si no es personal el mismo, puede y debe ser continuado y terminado por otro, en una democracia madura;
Despersonalizar la política, cuyo caudillismo desgasta las instituciones y que a la altura de estos tiempos históricos está probado que se proyectan como sometimiento a una singularidad individualista que se sobrepone al conjunto social y trastoca la realidad natural, tornando más importante la parte que el todo social;
Eliminar las circunscripciones políticas, porque inconstitucionalmente desiguala al elector en el universo político provincial;
Reformar la integración del Poder Legislativo, estableciendo el sistema D' Hont (sin piso) que asegura una justa y genuina representación proporcional; para asegurar el funcionamiento real y efectivo de este poder, evitar la dictadura del número que regimenta e inmoviliza su funcionamiento, en sentido subordinado el Poder Ejecutivo, haciendo inexistente el mutuo contralor de los poderes de la República, que es la única garantía de asegurar la vigencia de los derechos para todos, a través de la Justicia independiente.- En este aspecto, en la Constitución de 1985, en la que no tuvo mayoría el juarismo, es la prueba institucionalizada de que también la oposición internalizó las intenciones concentradoras y antirrepublicanas en el ejercicio del poder.
Prohibir la representación de candidaturas de personas, durante el ejercicio de una representatividad política, como garantía de "vitalidad y renuevo" que es signo de "eficacia democrático social".
COROLARIO
-En honor a la dignidad de cada santiagueño estimo necesario advertir, que asumiendo cada uno su responsabilidad histórica y considerando que, en alguna medida, no somos totalmente responsables de poseer pautas culturales autoritarias en nuestras personalidades, devenidas de nuestra peculiar y ancestral cultura; superando diferencias legítimas, mas allá de nuestras identidades y más aun honrrandolas, debemos coincidir en no perpetuar en el tiempo futuro una manera de ejercitar el poder, negadora de la condición humana; por cuanto pueden existir políticos y personajes edonistas-materialistas devenidos en políticos, al acecho, que podrían querer aprovechar la circunstancia...
Finalmente, debo recordar el pensamiento de Ricardo Balbin: "Lo triste
de la política argentina es que todo el mundo se mete dentro de la democracia,
hasta sus propios enemigos y desde su propio vientre salen a discutirla. No
he encontrado nunca un hombre que diga soy autoritario"...
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