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Vida política en Santiago del Estero

durante la década de los ‘70

por Carlos Bonetti

"El hombre se parece más a su época que a su padre"

Proverbio Árabe.

 

El presente siempre lleva consigo la carga de un pasado, una relación dialéctica por la que los hombres transitan y conservan (no necesariamente conscientemente). Es que las relaciones que se entretejen en una sociedad tienen un punto de partida y un recorrido en una línea que nunca es recta; es el proceso histórico el que va moldeando de diversas maneras a los individuos y al colectivo social sometiéndolo a su voluntad y creando en ellos una determinada forma de actuar, sentir, pensar, y sobre todo una memoria que subjetiviza su accionar en el presente. De esta manera la actualidad de los pueblos refleja un pasado que parece reproducirse en el carácter de algunas instituciones y en el manejo de sus representantes. En el caso a relatar, las últimas dictaduras militares en Latinoamérica se presentaron de diversas formas y en contextos sociopolíticos particulares pero con un objetivo en común "orden y reorganización nacional", sin embargo bajo esta premisa se escondió el genocidio, las desapariciones y la censura. En la Argentina durante la década del 70 se vivió un clima social espeso, de incertidumbres y de gobiernos democráticos de breve lapso seguidos por dictaduras atroces, culminando en el año 83 con la llegada de la democracia que se mantiene hasta el día de hoy.

En esos períodos se destaca como hecho relevante por un lado la opresión de un régimen y por otro la presencia de partidos revolucionarios que mediante manifestaciones, entre ellas la guerrilla, que la utilizaron como una metodología para alcanzar la libertad, independencia, igualdad y otros principios por los cuales supieron luchar. Es así que el panorama de esas épocas parece signarse principalmente por un paisaje de "lucha", en donde se vieron involucrados además otros actores, como la iglesia y la policía.

De esta forma el humilde informe que se presenta, tiene por objetivo relatar, aunque sea someramente, la vida política de Santiago durante la década del 70 teniendo en cuenta que los escritos son escasos y que esa parte de la historia solo parece haber ocurrido en Buenos Aires y en dos o tres provincias más. Y como se dijo en un principio el pasado moldea al individuo, y se reproduce en el presente reflejándose en maneras de pensar y actuar, en hombres, nombres y hechos. Para la realización de este breve documento colaboraron y se efectuaron entrevistas a Gustavo Carreras (Licenciado en Filosofía), Carlos Zurita (Lic. en Sociología) y militantes políticos de aquella época; además de documentación correspondiente a la temática.

 

El principio del fin

El miércoles 24 de Marzo de 1976 El Liberal titula en su portada "Todo indica la caída del gobierno" donde hace referencia a los sucesos producidos y la destitución de Isabel de Perón por parte de las altas jerarquías militares, encabezada por el General Videla. Ya el día después el título del mismo periódico es "Juraron miembros de la Junta Militar "; en la provincia entre tanto asume como interventor militar el coronel Daniel Virgilio Correa Aldana y en los primeros días de su asunción se emitieron una serie de comunicados entre los cuales el tercero decía: "se recomienda a toda la población a no efectuar reuniones en la vía pública y abstenerse de realizar todo tipo de manifestación que perturbe el normal mantenimiento del orden público y que pueda poner en peligro sus vidas...", recalcaba el comunicado "cualquier transgresión será reprimida y juzgados sus responsables de acuerdo a la legislación vigente". Sin embargo para hablar de la última dictadura se hace necesario remitirnos unos años antes, casi a los comienzos de los setenta, puesto que se venían sucediendo una serie de hechos a nivel nacional, como la intensificación de la guerrilla, la debilidad del gobierno, y otros aspectos que hacían ineludible un nuevo golpe de Estado. De esta manera, como bien lo señala Gustavo Carreras, los militares supieron aprovechar y jugar con el clima social de ese entonces, mostrando las debilidades del gobierno de Isabel Martínez de Perón sumada a la campaña que adquirió el nombre de la teoría de la guerra total contra el comunismo que abarco diversos ámbitos, ya sea en la educación, medios de comunicación tratando de mostrar que todo lo que era movimiento revolucionario significaba un caos para el país y que disolvía la identidad nacional. Desde el año 73 hasta el 76 gobernaba la provincia Carlos Juárez proveniente de la derecha católica del peronismo y que en su momento tenía fuertes vínculos con el gobierno de Isabel; tal es así que el mismo día del golpe se encontraba reunido con ella para brindarle su apoyo ante el eventual derrocamiento. Una vez asumido el interventor militar pide el encarcelamiento de Juárez y su esposa, que posteriormente terminan exiliándose. Entre el año 72 y 75 el país vivió bajo un clima político intenso, primero con el fin de la dictadura iniciada por Ongania seguido por la vuelta del peronismo en la presencia de Campora, la vuelta de Perón, su muerte, y la presidencia de Isabel junto a López Rega; además las organizaciones y partidos políticos comenzaron a crecer tanto en miembros como en acciones llevadas a cabo.

 

¡ Por la causa revolucionaria!

“En la década de los setenta nadie creía en a democracia, ni la izquierda ni la derecha, todos pensaban que había que apostar a todo o nada”. (Carlos Zurita)

La mayoría de los partidos revolucionarios actuaban en la clandestinidad, en la provincia no se registran acciones armadas de relevancia, salvo un intento de copamiento en el año 74 al penal de varones para rescatar algunos presos pero que terminó fracasando, y alguna que otra toma de fabricas. La militancia se limitaba a la propaganda y discusiones ideológicas en diversos ámbitos como en la Universidad Católica y la Facultad de ingeniería Forestal, en este sentido la juventud jugaba un papel protagónico influenciados por un filósofo de nombre Manuel Cantos de origen marxista y cristiano que supo enseñar en el Bachillerato Humanista, colegio San José y la universidad Católica. En Santiago todo parece haber sucedido en un nivel subterráneo, la mayoría de los militantes se originaban aquí y luego se desplazaban hacia Córdoba y Tucumán, se constituía así como un lugar donde se armaban estrategias para ejecutarlas en otros lados y además como un paso de tránsito necesario de otros militantes provenientes de Buenos Aires para llegar a Tucumán y Catamarca que constituían los focos de guerrilla más importantes.

El sector más representativo, en cuanto a numero de miembros y potencialidad era la Juventud Peronista que constituía el ala izquierda del peronismo, y estos jóvenes se identificaban con sectores más progresistas que era en esos momentos Montoneros. Esta Juventud Peronista tenía como representantes a Rudi Miguel, "el negro" Maldonado y cuyo candidato a gobernador era Abdulajad que fue el opositor más fuerte que tuvo Juárez en la provincia; Los que supieron conocerlo sostienen que era un hombre con una ideología más clara y que buscaba los objetivos populares, y no de buscar la sensibilidad popular como lo hacia y lo hace Juárez.

Otro partido importante en la provincia fue el P.R.T (partido revolucionario de los trabajadores) y su brazo armado que lo constituía el ERP (ejercito revolucionario del pueblo) que tenia connotaciones ideológicas marxistas -leninistas, que planteaban la lucha armada como vía para tomar el poder. Un espacio que utilizaba este movimiento eran las agrupaciones estudiantiles en la Facultad de Ingeniería Forestal, Universidad Nacional y escuelas secundarias, aunque no se presentaban bajo el nombre de P.R.T debido a la clandestinidad del mismo. También actuaba una tendencia de centro izquierda reflejada en partidos como el Partido Socialista Nacional, el Partido Socialista de los Argentinos, el Partido Socialista Popular que conformaron la Izquierda Popular.

Sin embargo durante los años 75 y 76 tanto el ERP como Montoneros decaen notablemente hasta llegar a desaparecer como en el caso del primero, sobre todo debido al fracaso de Monte Chingolo y el encarcelamiento y desaparición de la mayoría de sus miembros.

 

Santificado sea tu Nombre

La iglesia durante la década del 70 y sobre todo en los períodos de gobiernos militares jugo un papel lamentable en el país y sobre todo en Santiago, puesto que actuó en estrecha complicidad con la dictadura ya que sabiendo de cerca lo que estaba sucediendo asumió el mismo discurso, los mismos valores, justificando lo que cristianamente es injustificable que es la matanza de seres humanos, participando en muchos casos como capellanes militares que ocultaban toda información. El Obispo de ese momento en la provincia era Monseñor Tato, en este sentido Gustavo Carreras comentaba "... recuerdo que en una ocasión le fui a plantear mi preocupación porque no sabía dónde estaba mi hermano, no sabía si estaba detenido o si ya lo habían hecho desaparecer, me recibió en audiencia y cuando le quise decir mi problema inmediatamente me dijo que me retire porque él no quería hablar de temas políticos, y yo era seminarista, estaba formándome como sacerdote y sin embargo me corrió...".

Si bien en la provincia no hubo sectores insurgentes dentro de la iglesia, como los sacerdotes tercermundistas, aproximadamente en el año 77 surgió un grupo importante de sacerdotes que tenían como premisa "no quedar pegados con la dictadura", ya que Ochoa se apoyaba fuertemente en la iglesia para llevar a cabo sus acciones. Este grupo tenía cierta influencia de los curas tercermundistas en el seminario de Tucumán, al respecto Carreras comentaba "... en Tucumán participábamos mucho de la reflexión de ellos, pero en Santiago la situación era diferente, éramos poco los curas jóvenes que veníamos de esa línea formativa, y había una gran masa de curas que tenían de 50 años para arriba y que eran los que prevalecían en las asambleas; y si bien teníamos una actitud de no quedar ligados a la dictadura, lo que nos falto es una actitud a la altura de los tiempos, de ser capaces de plantear con claridad una estrategia de resistencia y lucha contra el proceso militar...".

 

El SIDE santiagueño y los presos políticos

El organismo más focalizado de la represión era la dirección de informaciones provinciales conocido como el SIDE santiagueño que estaba encabezado por Mussa Azar y que tuvo sus orígenes por el año 68 aproximadamente. A partir del año 75 el SIDE comienza a funcionar en la Avenida Belgrano y Alsina de la ciudad Capital donde anteriormente se encontraba la dirección de Minas de la Nación y que actualmente es una casa particular. Es en este lugar donde se realizaban detenciones de manera clandestina y donde se aplicaba la tortura; en este sentido conversando con ex militantes y que supieron ser presos políticos me transmitieron su situación y experiencias "... el problema que teníamos nosotros era la relación que manteníamos con gente del SIDE hacia finales del 75, porque nosotros a pesar de ser presos políticos, estar a disposición de la justicia y estar en una cárcel pública éramos objeto de tortura por parte del SIDE que venían a retirarnos de vez en cuando; y era algo que nosotros planteabamos como ilegal, y ellos alucían que al estar nosotros a disposición del poder ejecutivo no existían restricciones para ese tipo de cosas, entre tanto a nosotros nos sacaban de la carcel nos llevaban a la Belgrano y Alsina donde funcionaba el SIDE, nos torturaban dos o tres días y nos tiraban de nuevo a la cárcel y fue en ese período donde murieron dos personas en la dependecia de este servicio de inteligencia...".

En la provincia los institutos penales no estaban preparados, ni su personal formado para atender presos políticos, y si bien existía durante todo el año 75 la implementación de la ley de seguridad 28/40 que proponía un régimen especial de detención, el cual era aplicado, el personal estaba acostumbrado a tratar con otro tipo de presos. Si bien el trato de los guardias para con los presos políticos no era agresivo, las condiciones de detención eran detestables como lo siguen siendo, por la falta de higiene, de comida, la incomodidad de las instalaciones etc.

 

Algunos nombre de los represores santiagueños

Mussa Azar, Barbieri, Ramiro López (todavía es empleado del SIDE y cobra por planilla en Tucumán), "poroto" Baudano, Juan Bustamante, Norberto García (miembro del grupo folclórico, las sombras azules), "Paco" Laitan, Roberto Díaz. Todos los nombrados fueron policías que participaron de la represión y que sin embargo siguen gozando de la jubilación policial. Dentro del ejército se encontraban, Damico (encargado de la inteligencia militar), Castelli, Correa Aldana, Carlos Pitó (denunciado por un secuestro en Santiago de una persona que hasta el día de hoy no ha aparecido).

 

Anécdota de un genocida

Cuentan que un militante detenido estaba siendo torturado en la comisaría por varios oficiales, sin embargo no lograban hacerlo hablar, entonces fueron a consultar a Mussa que este muchacho no quería hablar y no sabían que hacer. Mussa Azar se acerco a la celda saco su revólver y disparó a sangre fía sobre la cabeza del detenido que cayo muerto en el suelo.

“El proceso militar destruyó por un lado la base material de un cambio, con la desaparición de lideres obreros, militantes estudiantiles que tenían perspectivas políticas diferentes al modelo dominante, y por otro lado significó una atadura económica dejando hipotecado al país en dos sentidos, por la falta de una base humana capaz de producir un cambio social progresivo de distribución de las riquezas de una manera justa, y una deuda externa impagable hasta el presente” (Gustavo Carreras).

Para cerrar este breve y superficial informe, vale aclarar que esto solo se trata de una pequeña investigación que necesita ser ampliada, ya sea por nosotros o cualquiera que tome las riendas para descubrir el pasado de nuestra provincia para que nuestra historia no quede en el olvido de las memorias.

 

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